Ya había hablado en un post anterior que el amor era altamente necesario, y por más que insistieran en su inexistencia o innecesidad, lo mejor no era tratar de desmantelar esta idea con una exageración de realismo. ¿Entonces vamos a creer en algo inexistente porque es necesario de alguna forma? Para nada, si algo es altamente necesario, debería ser por sí mismo existente, sea en teoría o sea que produzca en nosotros algún tipo de comportamiento condicionado. Si hay algo que es existente pero innecesario, debemos convencernos de que lo es y recurrir menos a él, o aislarlo de las acciones del mundo real. Existirá en la medida en que el accionar lo permita, pero existirá menos en la medida en que lo erradiquemos de nuestras mentes. Lo mismo, como el amor, es altamente necesario y está siendo erradicado o aislado bajo los ideales influenciados por las experiencias. Bajo unos ideales que se alinean con el instinto pasional libertino, y por supuesto el sustento de los valores en sí.
Sin embargo en este punto, podrían surgir ciertas objeciones sobre las experiencias y valores, plantearé las que posiblemente puedan surgir, tales como “No puedes tampoco basar el amor en una experiencia buena, entonces recurrimos a lo mismo”, O “No puedes basar el amor bajo los ideales que consideras contrarios a los tuyos propios”, y lo que podría decir sobre estas objeciones si surgen es que, salen menos favorables las conclusiones negativas que las positivas. Por la razón de que eventos negativos solo han servido para crear más eventos negativos, si los eventos fueran en su mayoría positivos podríamos construir un castillo de todos los éxitos, mientras tenemos una visión de un mundo malo e injusto. Y cuando vemos estas injusticias, la justicia más cercana que hacemos es elevar los valores, ¿Seguiremos alzando entonces las experiencias malas para determinar lo que realmente es la verdad? Para nada, la mejor realidad que podemos elegir son las que están basadas en las experiencias positivas. Y a esto me refiero a todo lo que gire en torno a los valores morales, el bienestar a corto y a largo plazo. Si hemos tenido malos resultados con aquellas experiencias, lo mejor sería adoptar aquellos ideales menos populares y menos aclamados en el mundo moderno, los ideales del amor, el de los valores. Que nuestra realidad sea aquella que elijamos para nuestro bien.
Pero cuando hablamos de amor, no estamos refiriéndonos a una manera ciega de sentir las cosas. Que el amor eclipsa, pues lo hace, esto es parte de la naturaleza principal que es el enamoramiento, pero si creemos en el amor, también creemos que tiene más que cabeza, sino un cuerpo entero que determina cada movimiento. Sabemos que el enamoramiento dura cierto tiempo, y cuando ocurre, las personas piensan que ya no será lo mismo, lo que significa que, si creemos en el amor de cierta manera, creemos mal, porque lo estamos limitando a un mero sentir o emoción, cuando el amor son acciones establecidas en el tiempo. Y se da mucho el caso en que siempre estamos buscando ese amor “nuevo” después que el anterior se desintegró en el tiempo. En pocas palabras buscamos el amor y solo encontramos reflejos de ello, reflejos que nunca podrán completar la imagen completa si no perdura en el tiempo.
Otro concepto es el amor que todo lo soporta injustificablemente, este amor que es tóxico. Está caracterizado por una elevación de apego y dependencia. De baja autoestima. Sepa que el amor solo se relaciona con su propia naturaleza, o sea, solo florecerá si se tiene una cantidad considerable de sí mismo. Porque este amor identificará sus propios orígenes, pero se desarrollará en la medida que las personas se descubran, acepten sus diferencias, convivan con ellas y enfrenten los obstáculos que sean un reto para ellas, claro como aliados, no disparando unos contra otros.
Cuando este amor así mismo, identifique las partes que se encuentran en guerra contra él, se dará cuenta que algo no está bien, se dará cuenta que para amar de la mejor manera hay que amarse así mismo.Y esto pasa cuando la subestimación, la indiferencia, los insultos y agresiones ataquen su salud emocional y física. Entonces poco a poco esa persona pensará que algo no está bien con ella, y se convencerá así misma de su nueva identidad dada por su agresor o agresora.
Por esto el amor debe ser un eterno aliado, de las justicias y de la vida. El verdadero amor, y no me refiero al de ficción, ni al tóxico, es el remedio de la hipocresía. Es el maestro de los que no se conocen a sí mismos, o no encuentran deleite ni en su propio cuerpo. El amor más cercano y verdadero es el que nos permite ver todos los colores de la vida. El de las vendas, el que vuela nuevamente en confianza. El que se regenera, el que lucha hombro a hombro.
En pocas palabras, el amor es el inicio de todo y el final de todo cuando se pierde. Es el que está relleno de un todo de una larga lista de valores morales. Es el que acciona y permanece en el tiempo. Nunca deja de ser, hasta que lo dejan para adoptar lo más instintivo y pecador de nosotros. Con el amor no se pierde, solo pierden los que no aman, porque el amor se convierte en el eterno aliado de las generaciones. De los amigos, de las familias, de los amores. Necesitamos el amor, como existente y altamente necesario, lo necesitamos para vencer hasta la muerte.
–Saúl Torres
